Toda historia tiene un comienzo. La nuestra arranca en los últimos días de un 2007, cuando David, hijo de un empresario gallego de nacimiento pero que se dio a conocer gracias a su popular firma valenciana de sofás, hacía las maletas y ponía rumbo a la fábrica de Rumanía que su padre había creado.
Con el fin de aprender todo lo necesario en el mundo de la tapicería, David iniciaba un periplo de formación llevando la dirección de aquel pequeño taller en Arad, localidad situada al oeste del país.
Danubio Tapizados, nacía para fabricar modelaje de sofás de piel y contaba con un equipo de once personas entre las que se encontraba nuestro joven aprendiz , que nos cuenta: “Diseñábamos primero el plantillaje y posteriormente fabricábamos desde el esqueleto hasta la confección y tapizado para obtener el producto terminado”.
Un día comiendo con su equipo, David se percató de que uno de sus compañeros llevaba una bolsa para transportar los materiales propios de la tapicería como punzones o alicates. Dicha mochila se había fabricado de los retales de piel que sobraban de los sofás.
“Al interesarme por ella decidí fabricarme una que siempre llevaba conmigo allá donde fuese”.
Al volver a su país para visitar a su familia y amigos, David siempre portaba su mochila que empezó a despertar la atención de sus amistades.
“En mis viajes de vuelta a casa siempre traía una tirada de ellas que regalaba a mi familia y amigos cercanos”. El interés por las mochilas Ribags, sin saberlo, había comenzado a instalarse.
Los años siguientes, con la llegada de la crisis económica, fueron devastadores para el sector de la tapicería, obligando al aprendiz a abandonar el camino que su padre había emprendido hacía 50 años. Pero la semilla que había germinado empezaba a crecer cada vez con más fuerza y es cuando David decide tomar un nuevo rumbo en su vida.
“Cuando decidí arrancar con el proyecto a finales de 2013, cambié el diseño de las plantillas y sustituí los materiales de tapicería por unos adaptados al mundo de la moda. Empecé a acudir a diferentes mercados en Valencia y Madrid, como el Mercado de Tapinería o el Mercado Central del Diseño. Así podía llegar a la gente y contar nuestra historia”.
Y esta es nuestra historia. Donde podemos ver como David decidió fusionar lo artesanal, lo hecho a mano de toda la vida, con la moda, creando un producto que llegase a todo el mundo con autenticidad y pasión. Y sobre todo, con los valores que su padre le había inculcado: todo sueño requiere mucha ilusión, esfuerzo y constancia.